Centroamérica, una región marcada por la pobreza y la vulnerabilidad, se encuentra en medio de una situación migratoria crítica. Un alto porcentaje de la población se ve obligada a abandonar sus hogares en busca de mejores oportunidades.
7,9 millones de migrantes en América Latina y el Caribe son menores de 18 años, y las niñas y adolescentes representan el 20% del total de las mujeres que migran.
El camino hacia una vida nueva no está exento de peligros. Las violencias que las jóvenes enfrentan en sus países de origen no desaparecen durante su tránsito hacia una vida mejor. Por el contrario, se enfrentan a riesgos aún mayores, como la trata de personas, el secuestro y la extorsión, durante el trayecto.
Miles de niñas, adolescentes y mujeres jóvenes se ven obligadas a recurrir a la píldora del día después como una medida de protección frente a la violencia física y sexual. Además, enfrentan barreras como la falta de acceso a la educación, lo que hace fundamental nuestro apoyo a lo largo de su trayectoria.
Quiero apoyarlasEn respuesta a la crisis migratoria en Centroamérica, Plan International trabaja, junto con otras organizaciones locales, para abordar los desafíos que enfrentan niñas, niños y adolescentes.
Implementamos los proyectos "Pasos protegidos" y "Camino protegido", promoviendo acceso a educación y a entornos seguros en el Triángulo de Centroamérica y México.
En los albergues para migrantes, brindamos apoyo psicosocial, educación y servicios de protección a las familias migrantes, concienciando sobre la protección de la infancia y la igualdad de género.
Los albergues proporcionan comida y alojamiento a familias migrantes de distintas nacionalidades, algunas de las cuales se quedan unos días antes de continuar su trayecto, otras semanas o, incluso, meses.
Nuestro enfoque de género busca garantizar la protección de derechos y ofrecer oportunidades para un futuro mejor. ¡Únete a nosotros en este crucial trabajo de apoyo!
A través de un enfoque de género, buscamos garantizar la protección de los derechos de las niñas y adolescentes y ofrecerles un entorno seguro, libre de violencia, en el que puedan crecer y desarrollarse.
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